La higiene bucal es mucho más importante de lo que pensamos. Los alimentos y nutrientes que tomamos a diario juegan un papel muy importante, más allá del desarrollo de nuestro organismo. Es decir, nuestra alimentación influye en nuestra salud bucodental y así lo reconocen los expertos.
El estudio ‘Salud Bucal y alimentación: papel de la nutrición en la salud bucondetal’ resalta la importancia de estos valores. Y es que una buena nutrición te puede permitir tener «dientes sanos y fuertes, resistentes al ataque de bacterias»; pero no solo, eso, sino también «tener encías y boca saludables, sin dolencias y en buen estado de funcionamiento. Y, por otra parte, una dentadura en buen estado permite masticar bien los alimentos, siendo el primer paso de nuestra digestión».
Así lo explica la doctora María Luisa López Díaz-Ufano, doctora en Medicina y Cirugía y experta en Nutrición en dicho trabajo. La higiene bucal es muy significante y muchas personas no lo tienen en cuenta. Por ejemplo, comer frutas y verduras crudas, como una zanahoria o una manzana, contribuye a la limpieza de la superficie dental.
Desde el portal Alimente, recogen la opinión de la doctora y ortodoncista Patricia Bratos. En este sentido, la cofundadora de Ferrus & Bratos, explica cómo influye nuestra alimentación en nuestros dientes o higiene bucal.
«Las dietas dietas cariogénicas son aquellas basadas en alimentos y bebidas con un alto contenido en azúcar. Las personas que comen con asiduidad este tipo de comidas tienen mayor tendencia a padecer problemas de caries. Por tanto, como dentistas, nuestra recomendación es siempre evitar comer con excesiva frecuencia alimentos procesados, chucherías, refrescos, etc».
La duda sobre que alimentos si o cuáles no debemos comer tampoco es certera. Hay especialistas que aseguran, como hemos dicho anterioridad, que comer frutas o verduras crudas mejora la limpieza de nuestros dientes.
Sin embargo, los purés, batidos o salsas, como recoge Alimente, son nutrientes de los que no tenemos que abusar. El motivo es que se pueden llegar a pegar a la boca, mezclándose con la placa bacteriana y promoviendo la acción de las bacterias. En definitiva, afectando a nuestra higiene bucal.
La propia Patricia Bratos da una serie de recomendaciones a la hora de hacer una dieta para mejorar nuestra higiene bucal. Esta debe ser variada, rica en vitaminas y nutrientes. Entre sus consejos sobre la higiene bucal, asegura que los alimentos ricos en vitamina A refuerzan el esmalte. Por su parte, los que tienen vitamina B2 evitan la aparición de llagas en la boca. En el caso de los nutrientes con vitamina C y K, mejora las encías sanas.
Para los más pequeño, señala que para tener una correcta formación de los dientes de leche, se debe de tener una dieta rica en vitamina D, calcio y proteínas.
Su prevalencia, que es muy variable al no haber criterios diagnósticos que la definan, se estima entre el 22-50% de la población. Según comenta el doctor Agustín Soria, «puede acabar generando en quien la padece falta de confianza, inseguridad, vergüenza o, incluso, causar ansiedad». La halitosis, como es obvio, es un problema que afecta directamente a nuestra higiene bucal, por eso es muy importante tenerla bajo control.
Causas de la halitosis o del mal aliento
Las causas de la halitosis son diversas, aunque la más frecuente es la patología bucal. «Su presencia se relaciona con la descomposición de partículas de alimentos, células, sangre y algunos componentes de la saliva, que da lugar a la emisión de derivados sulfúricos volátiles y otros gases que provienen del aumento del número de bacterias anaerobias Gram negativas, aunque en estadios iniciales, microorganismos Gram positivos pueden estar involucrados. En el 80-90 por ciento de los casos, están implicados gérmenes de la cavidad oral», apunta el doctor Clemente Ricote.
El doctor Soria, por su parte, añade que el mal aliento tiene que ver con ciertos alimentos (ajo, cebolla, especies), hábitos (tabaco, alcohol, café, mala higiene), así como medicación y enfermedades (boca seca o xerostomía, respiradores orales, infecciones, heridas, caries, patología de nariz, garganta, amígdalas, senos paranasales y reflujo gastroesofágico).