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En la actualidad, la recomendación de los odontólogos es que la primera visita de los niños al dentista sea durante el primer año de vida.
En esta primera visita del niño a la clínica dental, el odontopediatra revisará la presencia o no de caries “de biberón”, odontólogo tratará de detectar posibles anomalías de crecimiento y posición dentaria, así como de afecciones periodontales. 
 
Este momento suele aprovecharse para marcar las pautas a los padres para una correcta higiene bucodental. Y, a su vez, para ser el propio dentista el que le enseñe las técnicas de limpieza oral al niño para que este empiece a adquirir los conocimientos necesarios para una adecuada higiene oral.
 
De igual modo, los niños en edades tempranas suelen adquirir algunos hábitos orales nocivos como la succión del dedo o el uso abusivo del chupete. Esto es algo que hay que detectar de la forma más precoz posible para tratar de eliminar ese hábito y evitar que aparezca una mordida abierta anterior. 
 
Por otro lado, en el caso de los niños, los tratamientos más comunes una vez que acuden al dentista suelen ser:
Higiene dental: Profilaxis e instrucciones de limpieza.
Prevención de caries: Sellado de fisuras, flúor.
Tratamiento de las caries.
Tratamiento pulpar: pulpotomía, pulpectomía.
Mantenedores de espacio: cuando pierden dientes de leche antes de tiempo y queremos conservar el espacio para el diente definitivo.
 
Desarrollo de la Cavidad Bucal
Se produce sobre todo en la edad infantil y se pueden diferenciar tres etapas distintas:
 
Bebés y niños de hasta 2 años
En esta etapa, tiene lugar la erupción de los dientes temporales, es decir, de los llamados “dientes de leche”.
 
Niños de 2 a 6 años
Durante esta fase los niños ya tienen todos los dientes de leche, y no se produce ninguna erupción dental.
 
Niños de 6 a 12 años
En este período, los niños tienen la llamada dentición mixta, ya que comienza la erupción de los dientes permanentes a la vez que conviven con los dientes temporales.
 
Es muy importante mantener tanto los dientes de leche como los dientes permanentes con buena salud. Para ello, es fundamental realizar una higiene bucal adaptada a las necesidades de cada edad, ya que cada etapa necesita un cuidado específico, pero todas comparten un objetivo común: la eliminación de la placa bacteriana.
La acumulación de esta placa, puede provocar la aparición de las dos afecciones bucales más frecuentes en niños, como son la caries, y la gingivitis.
 
Caries Infantil
La caries es la principal causa de pérdida de dientes en niños e implica la destrucción de los tejidos duros como consecuencia de los ácidos que producen las bacterias bucales. La destrucción comienza en el esmalte y, si no se frena a tiempo, llega a la dentina y continúa su expansión hasta afectar a la pulpa.
 
En niños menores hablamos de caries de temprana edad, también conocida como caries del biberón. Es aquella que puede afectar hasta los 6 años de edad.
 
La progresión de la caries de temprana edad es rápida sobre los dientes temporales, ya que el esmalte es más fino que el de los dientes permanentes. Además, los niños con caries en los “dientes de leche”, tienen mucho más riesgo de sufrir múltiples caries en los dientes permanentes.
 
Los principales factores de riesgo son la proliferación de bacterias, una incorrecta higiene bucal y una dieta rica en hidratos de carbono. Para disminuir el riesgo de caries, se deberán tener en cuenta los siguientes factores:
Evitar la transmisión temprana de bacterias mediante la contaminación por saliva de padres a hijos con acciones como soplar la comida para enfriarla, probar la comida con sus cubiertos, meter su chupete en la boca, etc.
Mantener una correcta higiene bucal para eliminar la placa bacteriana.
Prestar especial atención a los hidratos de carbono (el sustrato).
Los más simples (azúcares) producen más caries que los complejos (almidón).
Se debe tener en cuenta la cantidad y, sobre todo, la frecuencia de ingesta: cuantas más veces, mayor riesgo de caries.
 
Gingivitis Infantil
La gingivitis es una enfermedad de tipo infeccioso que provoca el enrojecimiento, la inflamación y el sangrado de las encías. 
 
Esta patología se produce por la acumulación de la placa en el espacio entre la encía y el diente y a nivel interdental. Esta placa, favorece a que se provoque la inflamación, el enrojecimiento y el sangrado de las encías, principales signos de la gingivitis. 
 
En contados casos, podría dar lugar a una periodontitis, puesto que se trata de algo mucho menos frecuente que en adultos.
 
La principal medida de prevención consiste en tener una buena higiene bucal que evite la acumulación, además de controles periódicos en la clínica dental.
 
Recomendaciones de Higiene Bucodental Infantil
 
Bebés y niños de hasta 2 años (Erupción de los dientes temporales)
Ya desde el nacimiento se debe empezar a cuidar la higiene bucal de los bebés. 
 
Antes de la erupción dentaria, es importante limpiar las encías y la lengua del bebé ayudándose de una gasita humedecida enrollada al dedo, o bien, un cepillo de dedo para bebés, que se puede comprar en farmacias. 
 
La erupción dental puede cursar con mayor inquietud, irritabilidad y dificultad a la hora de dormir. A nivel bucal, el bebé puede notar mayor salivación, pequeñas molestias, enrojecimiento e irritación de las encías.
Masajear de manera circular las encías además suele provocar alivio al bebé cuando comienza la erupción dental. La lengua, en la medida de lo posible, se puede intentar limpiar con movimientos lineales, con cuidado de no provocar reflejo de vómito.
 
Una vez que le empiecen a salir los dientes, podemos utilizar un cepillo de dientes de filamentos muy suaves especial para bebés. 
 
Niños de 2 a 6 años (Dentición temporal y adquisición de hábitos)
A partir de los 2 años, si el niño ya sabe escupir y no se traga la saliva al cepillarse los dientes, se puede utilizar un poco de pasta de dientes, del tamaño como de un guisante, así como comenzar a utilizar el hilo dental.
 
En este periodo, el niño ya tiene todos los dientes de leche y se aconseja que comience a hacerse cargo de su propia higiene bucal y que comprenda su importancia. Es fundamental crear el hábito.
Para un cepillado óptimo, el cepillo debe estar adaptado a la mano y la boca del niño, con un cabezal muy pequeño que permita llegar a todas las zonas de la boca y con filamentos suaves que respeten dientes y encías. 
 
Es importante que los padres le ayuden con el repaso final para garantizar una correcta higiene por lo menos hasta los 6 años.
 
Para prevenir la caries, principal patología bucal a esta edad, se recomienda introducir en el cepillado el uso de un gel dentífrico con una concentración de flúor adaptada a la edad del niño.
 
En cuanto a la frecuencia de lavado, deben cepillarse siempre los dientes después de comer durante aproximadamente dos minutos, especialmente después de tomar alimentos azucarados y siempre antes de ir a dormir.
 
Niños de 6 a 12 años (Erupción de los dientes definitivos)
A esta edad ya comienza la erupción de los dientes permanentes en un proceso que termina en torno a los 12 años. Durante esta etapa, los niños tienen una dentición mixta, es decir, conviven los dientes de leche con los dientes permanentes. 
 
La dentición definitiva, está formada por 32 dientes, que incluyen los terceros molares o muelas del juicio. Estos últimos, pueden erupcionar a partir de los 18 años o nunca.
 
La principal afección en esta edad, sigue siendo la caries. Por ello, es tan importante utilizar un cepillo adaptado para el manejo del niño, con un cabezal pequeño de filamentos suaves y un cuello estrecho que permita llegar a todas las zonas de la boca.
 
El cepillado debe seguir supervisado por los padres y repasado cuando sea necesario hasta aproximadamente los 8-9 años.
 
A partir de esta edad y, sobre todo, en la adolescencia, la acumulación de placa en la zona interdental puede originar la aparición de gingivitis. Por este motivo, es recomendable introducir el hábito de la higiene interdental, ya sea con hilo dental o con cepillos interproximales. 
 
Es importante vigilar que se haga con cuidado y con una técnica correcta para evitar daños que, simultáneamente, puedan provocar que el niño desarrolle rechazo a esta práctica.
 
A medida que van saliendo los dientes permanentes, es posible que se necesite un tratamiento ortodóntico interceptivo que corrija problemas de oclusión, alineación de dientes, etc. La ortodoncia fija, tan sólo se utiliza en niños con todos los dientes permanentes (en torno a los 12 años).
 
Por último, hay que realizar la visita al odontólogo al menos una vez al año, ya que en estas edades se pueden detectar posibles caries que necesiten del tratamiento adecuado antes de empeorar la situación.
 
¿Cómo conseguir que tu hijo se lave los dientes?
La higiene dental no es algo que se pueda dejar pasar, ya que el cepillado regular es muy necesario, sobre todo cuando ya comen de todo. 
 
Aunque en algunas situaciones resulte un auténtico suplicio lograr que el niño se lave los dientes, los padres deben ser constantes e ingeniárselas para convencerlos de su importancia de la manera más amena y divertida posible. 
 
Cepillarnos juntos los dientes, delante del espejo
Es bueno que se vea mientras se lava los dientes, y que se los lave contigo. A los niños les gusta hacer cosas con sus padres y hermanos, así que el cepillado en familia es una gran idea. 
Los niños aprenden por imitación, por eso, una de las claves para que nuestro hijo quiera lavarse los dientes, será que vea que nosotros también lo hacemos.
Para que el niño pueda verse en el espejo y llegue al lavabo, podemos utilizar un taburete, siempre poniéndonos nosotros al lado para evitar accidentes.
 
Convertirlo en un juego
El juego es la mejor herramienta para motivar a los niños, en particular cuando sienten que algo es aburrido.
Los cuentos también pueden ser de gran ayuda para motivarles, usando elementos del cepillado de dientes o cosas que les gusta hacer. Pues cuando vean en un cuento que un niño o un animalito se cepilla los dientes, ellos querrán hacerlo también. 
Para los más impacientes una buena idea es usar un cronómetro o un reloj de arena, así lograremos llamar su atención, mientras que estará distraído y dedicando el tiempo suficiente a lavarse los dientes.
 
Apps y juegos interactivos
Gracias a las nuevas tecnologías, podemos utilizar diferentes apps y juegos interactivos con los que los niños verán más atractivo y divertido el momento de lavarse los dientes.
 
Felicítale cuando lo haga bien
Le hará sentir muy orgulloso. Tu admiración y tu aprobación es algo que necesita.
 
Déjale elegir su cepillo y la pasta de dientes
Deja que sea él quien escoja su cepillo de dientes. Si tiene un personaje, forma, o color característico que le guste, el momento del cepillado le resultará más atractivo. Eso sí, ten en cuenta que el tamaño sea apropiado para su edad y que las cerdas sean suaves. 
 
Respecto a la pasta de dientes, escoged un sabor que le guste, pero que no contenga azúcares ni flúor y tampoco sea demasiado dulce, para que no tenga la tentación de comérsela.
 
Explícale por qué es importante
Para que conozcan la importancia que tiene lavarse los dientes, nada mejor que explicarles que hay unos bichos malos a los que hay que echar de nuestra boca, barriendo bien con el cepillo. Dale rienda suelta a la imaginación y el pequeño captará el mensaje.
 
El revelador de placa
Se trata de un producto que, cuando se aplica, colorea la placa bacteriana para hacerla visible y así poder eliminarla mejorando la técnica de cepillado de los niños. Es importante que el niño que lo vaya a usar sepa escupir ya que no debe tragarse el revelador.
 
Un poco de música
Ponerles su canción favorita mientras se laven los dientes, hará que el tiempo  se les pase rápidamente y no se darán ni cuenta de que ya han terminado de cepillarse antes de que la canción llegue al final.
 
Evitar el miedo al dentista
Otro motivo por el que las visitas al dentista tienen que realizarse a tan tempranas edades es para evitar la posible aparición de miedos o rechazos a las clínicas dentales por parte del niño. En algunas ocasiones, el miedo que tienen los niños es debido al miedo que les transmiten los padres.
 
Para evitar estos miedos, se debe generar una actitud positiva de los niños hacia el dentista. Veamos algunos métodos para conseguirlo: 
Hablar de forma positiva del dentista.
Acudir con ellos a edades tempranas para que empiecen a familiarizarse con el gabinete dental.
Explicar la importancia de la higiene bucodental y convertir el momento del cepillado de dientes en un juego en familia.
Evitar realizar comentarios negativos sobre el dentista cuando el niño esté presente.
 
El mantenimiento de la salud bucal de los más pequeños de la casa es muy importante, por eso es conveniente instruir a sus padres sobre cuándo debe ir un niño al dentista.