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Las caries son una de las enfermedades más comunes en todo el mundo, y suelen presentarse tanto en niños como en adultos.
 
Esta enfermedad, se caracteriza por una infección en la que se acumulan bacterias sobre la superficie del esmalte, donde crean productos ácidos que desmineralizan y disgregan el diente.
 
Una vez el esmalte está dañado, la caries continúa adentrándose en el diente a través de la dentina hacia la pulpa. Si no se visita a un profesional para que elimine la caries mecánicamente y realice un empaste, el diente puede terminar totalmente destruido.
 
Además, existen algunos factores de riesgo que deben vigilarse con especial atención para prevenir y tratar las caries a tiempo.
 
Por ejemplo, la falta de flúor, la sequedad en la boca, los empastes desgastados, los aparatos dentales, algunos trastornos de la alimentación o el ardor de estómago. Cuando se padece alguno de éstos, es aún más importante visitar al dentista con regularidad y llevar una correcta limpieza bucodental.
 

La Caries y el Azúcar

Son muchas las personas que apenas comen dulces y se sorprenden por tener caries en sus dientes. Lo que no se paran a pensar es en la cantidad de alimentos que consumimos habitualmente que, aunque no lo parezca, tienen altos contenidos azúcar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que tomemos al día, como máximo, 25 gramos de azúcar, es decir, unos tres sobres para adultos. Los niños deberían tomar aún menos cantidad. 
 
Sin embargo, muchos de los alimentos, por no decir casi todos, que consumimos diariamente tienen azúcar. Por ejemplo, en el caso de los niños, aunque no consuman chucherías de forma habitual, lo más seguro es que sí que tome alimentos ricos en azúcares como zumos, batidos, alimentos procesados, yogures…
Por lo tanto, ingerir la cantidad recomendada es todo un reto.
 
En el caso de la manzana, es interesante saber que es una fruta idónea para la protección de los dientes, ya que ayuda a eliminar la placa bacteriana y mantener los dientes más limpios.
 

Causas de la Caries Dental

Todas las personas son propensas a padecer este tipo de afección. Y el factor principal para los dientes con caries es la acumulación de placa en la superficie de la pieza dental, que puede presentarse en mayor medida debido a los siguientes factores:

La ingesta de alimentos con alto contenido en azúcares y carbohidratos fermentables, y bebidas carbonatadas.
Consumo excesivo de alimentos cítricos.
Consumo de gaseosas y bebidas energéticas.
Beber alcohol en las comidas.
Una mala higiene bucal diaria, ya sea por falta de cepillado, por el uso de una pasta de dientes inadecuada, por no usar hilo dental o cepillarse mal los dientes.
También influye el tiempo que pase entre la ingesta y el cepillado, ya que cuanto más tiempo pasa, más posibilidades hay de que los ácidos afecten a los dientes.
La disminución del pH de la saliva debido a medicamentos y otros factores que alteran el biofilm oral.
La susceptibilidad genética heredada, ya que hay personas con más predisposición a padecer caries.
Padecer un trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, ardores de estómago o sequedad de boca.
Fumar.
No hacerse revisiones dentales con regularidad.
 
Esta serie de factores, que evidentemente son reversibles, tienen como consecuencia un aumento en la formación de la placa dental que puede sentirse fácilmente al pasar la lengua o la uña, y notar una sensación aterciopelada en la superficie del diente. Mientras más tiempo pase ahí la placa, mayores son las probabilidades de sufrir esta afección.
 

Síntomas de la Caries Dental

Los síntomas de las caries varían según el tamaño y el diente que esté afectado. 
 
Cuando se comienzan a formar, en general no se aprecia ningún síntoma. Es a medida que la caries avanza cuando se comienza a sentir un dolor repentino o sin causa aparente en las muelas, sensibilidad dental y dolores al morder y comer o beber algo dulce, caliente o frío.
 
Además, si se observa un diente con caries, se pueden ver agujeros y manchas marrones, negras o blancas en la superficie.
 
Entre los síntomas de las caries más frecuentes se encuentran:
Dolor en las piezas dentales, que puede ser leve al principio.
Presencia de dolor al masticar los alimentos.
Sensibilidad en los dientes al consumir alimentos con altas o bajas temperaturas.
Aliento desagradable.
Sabor desagradable en la boca difícil de quitar.
 
Ante cualquiera de estos síntomas te recomendamos asistir al odontólogo lo antes posible. De esta manera, la afección será corregida a tiempo evitando así que pueda avanzar y causar un daño mayor. 
 

La Caries Infantil

Este es un problema que afecta a un gran porcentaje de niños a nivel mundial, siendo más frecuente en países con mayor nivel de pobreza, en gran parte por la deficiencia en cuanto a la atención médica. En España afecta al 33% de los niños menores de cinco años. 
 
A pesar de ser un problema muy frecuente, existen diversas maneras en las que los padres pueden intervenir para evitar el daño en las piezas dentales de sus hijos, entre ellos se encuentran:
 
Proporcionarles dietas que no sobrepasen los niveles de azúcar. Esto no solo hace referencia a los dulces, sino también se refiere a alimentos que no se pueden controlar como las salsas, las compotas y los jugos de frutas.
Limitar el número de bocadillos entre las comidas con altos niveles de azucares o carbohidratos. Se pueden intercambiar por frutas y verduras crudas.
Supervisar que el niño realice una técnica adecuada del cepillado. Por lo menos hasta que éste cuente con siete años de edad.
Utilizar pastas dentales con flúor.
Controlarle los dientes de forma regular.
 
De esta forma, se reducen los riesgos a que los niños presenten caries dental infantil.
 

Tipos de Caries

A continuación, os dejamos los diferentes tipos de caries que pueden aparecer:
 
Caries de Corona
Este tipo es el más común. Son especialmente frecuentes entre los niños, aunque también afecta a los adultos. Aparecen en la superficie de masticación, o lo que es lo mismo, la parte superior de la corona.
 
Caries de Fisura y Surcos
Este tipo de caries se dan en piezas dentales que anatómicamente presentan estos surcos y fisuras como son los molares y premolares. Si la higiene no es la adecuada, las bacterias se pueden filtrar a través de estos y provocar la degeneración del esmalte y. posteriormente, la dentina. El resultado, la aparición de la típica lesión oscura de “muela picada”.
 
Caries Interdental
Como su propio nombre indica, son aquellas que se producen en las superficies de contacto entre los dientes. También se les llama interproximales, y debido a su posición pueden afectar a dos dientes a la vez, por lo que se les considera especialmente peligrosas.
 
Para evitar la aparición de este tipo de lesiones, es imprescindible el uso del hilo dental, ya que el cepillo de dientes no accede a estas superficies. Por eso, si no lo utilizamos, las probabilidades de que se desarrollen caries en esta zona, son muy elevadas.
 
Caries Radicular (de raíz)
Su incidencia se encuentra en la raíz del diente. Este tipo de caries es el más común entre los adultos de edades más avanzadas, que son más propensos a sufrir retracción en las encías. Se produce en la superficie de las raíces de las piezas dentales.
 
Caries en la Superficie Lisa
Este tipo de caries se produce en la superficie exterior plana de los dientes cuando las bacterias no son eliminadas y la placa se va acumulando. Se trata del tipo de caries menos grave y se puede tratar con fluoruro y con hilo dental.
 
Caries Secundaria
También reciben el nombre de recurrentes, y se origina en piezas dentales que ya han pasado por un proceso de restauración. No por el hecho de haber restaurado una pieza dental que ha sufrido una lesión por caries significa que no pueda volver a tenerla. 
 
Para evitar que vuelva a aparecer, es imprescindible mantener una buena higiene y utilizar el hilo dental, ya que si no las bacterias pueden producir la desmineralización del tejido, dando lugar a una nueva lesión por caries.
 

¿Cómo Prevenir la Caries?

Os dejamos algunos consejos para cuidar de una forma adecuada de las piezas dentales y prevenir, en la medida de lo posible, la aparición de esta enfermedad:
 
Procura evitar la ingesta de alimentos que puedan quedarse atascados en los surcos de los dientes durante mucho tiempo y alimentos que contengan mucho azúcar o ácidos. La fruta y las verduras frescas, aumentan el flujo de saliva, y el té, el café y los chicles sin azúcar, ayudan a limpiar la boca de los restos de alimentos.
 
No consumas bebidas gaseosas o azucaradas. Sabemos que para algunas personas puede ser difícil dejar de consumir este tipo de bebidas. Por eso, es recomendable que al consumir bebidas con altos niveles de azúcar o ácidos, se utilizen pajitas para disminuir el contacto directo con los dientes.
 
Cepíllate los dientes después de cada comida. Es importante cepillarse los dientes tras cada comida. Además, es recomendable utilizar también hilo dental o un cepillo interdental para eliminar los restos de comida y la placa que se pudiera formar entre los dientes. 
 
Se recomienda utilizar una pasta de dientes con un buen aporte de flúor. También puede ayudar utilizar suplementos con multivitaminas con alto contenido de magnesio, calcio y vitamina D.
 
Recuerda sustituir tu cepillo de dientes de forma regular, cada tres meses, aproximadamente. De cualquier modo, y como ya hemos comentado en otros artículos, siempre que lo veas deteriorado, debes reemplazarlo igualmente.
 
 
No te olvides de usar un colutorio. Para ello, utiliza un enjuague bucal con antibacterianos y niveles adecuados de flúor. Es recomendable esperar un poco después del cepillado para usar el enjuague, ya que puede utilizar los minerales presentes en la pasta dental, obteniendo un producto menos efectivo.
 
Si tienes dudas a la hora de escoger uno, pregunta a tu dentista cuál es el más adecuado para ti.
 
Por último, visita al dentista con regularidad. Lo ideal es hacerse limpiezas dentales profesionales y exámenes bucales regulares para prevenir problemas y detectarlos de forma precoz.
 
Como siempre decimos, es muy importante llevar a cabo una buena higiene bucodental después de cada comida y realizarse revisiones periódicas para mantener la salud de nuestros dientes.